Una transición con reservas en rojo, más inflación y mayor tensión social que en 2015
Un análisis realizado por los economistas de la Fundación Mediterránea Marcelo Capello y Nicolás Cámpoli al que accedió el diario EL LIBERAL de Santiago del Estero, enfocó las semejanzas y diferencias económicas y políticas de la transición electoral que tendrá lugar este año, comparadas con las del año 2015.
“Los que ganen las lecciones este se enfrentarán con problemas similares a los que existían en 2015, algunos agravados, otros morigerados”.
Capello y Cámpoli indicaron que se encontrarán “con iguales o menores reservas netas en el BCRA en 2023, con importaciones “rezagadas” y exportaciones “adelantadas”, y en los dos casos con férreo cepo cambiario e importador. Un tipo de cambio retrasado, aunque en 2023 en menor medida que en 2015 y con mayor brecha cambiaria en el presente”.
En la publicación del periódico que dirige el licenciado Gustavo Eduardo Ick, los analistas detallaron que las dos principales restricciones económicas en el año electoral son “la acuciante necesidad de no seguir perdiendo reservas en el BCRA y que la inflación no siga escalando. Ocurre, en primer lugar, que las reservas netas del BCRA ya son negativas en mayo (-1.500 millones a mediados de mes), como lo habían sido a fines del año 2015, en otra transición política”.
Sobre la problemática de las reservas dijeron que “cuando entre enero y mayo de 2021 el BCRA había realizado compras netas de divisas por cerca de U$S 6 mil millones, en igual período de 2023 tuvo un resultado negativo de casi U$S 3 mil millones, aún con un cepo cambiario e importador recargado y con paliativos como el dólar soja”.
“Está claro que el panorama en los siguientes meses no resulta tampoco alentador, ya que a los aproximadamente U$S 18 mil millones que se pierden este año por efecto de la sequía, se suman servicios de deuda en dólares que superan los ingresos por refinanciación o nuevas deudas en moneda extranjera”.
Los economistas, añadieron que “si bien este año la balanza comercial de la energía permitirá ahorrar divisas respecto a lo ocurrido el año pasado, el gobierno sigue recurriendo a instrumentos ad hoc como alargar el plazo de pago de las importaciones y adelantar exportaciones, y, como es conocido, intenta adelantar fondos desde el FMI y China”. Destacaron además que “con tal de no sincerar la paridad cambiaria oficial, todas las divisas que faltan se intentan compensar con mayores restricciones a las importaciones, que así este año podrían exhibir recortes cercanos al 10% con relación al año previo”.
Por otra parte, “en 2023 la inflación será al menos 4 veces mayor que en 2015, mientras que el déficit primario será alto, pero probablemente menor que en aquel año”. Ahora, según señalaron en su informe, “las mayores restricciones a las importaciones y las ventanas de mayor tipo de cambio para algunas actividades exportadoras metieron más presión sobre los precios, junto a una política macro inflacionaria a largo plazo y las expectativas que genera el año electoral”.
Afirmaron que “con la inflación de los primeros 4 meses de 2023, y si resultara en un promedio mensual del 7% hasta fin de año, en diciembre la inflación se ubicaría en 127% interanual. En cambio, si de aquí a diciembre la inflación mensual resultara en un promedio del 8%, la interanual a fin de año resultaría del 144%. Todo esto, sin que ocurra la suba discreta del tipo de cambio, que se quiere evitar. En este escenario, la tasa de interés deberá acompañar o superar a la inflación, y la brecha cambiaria se mantendría alta y muy alta”, finalizan los analistas su diagnóstico para el diario de Gustavo Ick en Santiago del Estero.